Calambres y tirones
mayo 3, 2021
Hay algo innato en todo ciclista escalador, cualidades con las que se nace y que se tienen o no, pero también hay errores que se cometen en nuestra forma de afrontar una escalada que pueden hacernos pasar de ser pésimos escaladores a defendernos.
Es importante analizar nuestro comportamiento en subida, ver los errores más comunes que cometemos e intentar corregirlos. Aquí dejamos 10 consejos:
PRIMERO
Nuestra forma de pedaleo: es importante llevar un pedaleo del llamado redondo, y también que sea armonioso, es decir, no ir dando pisotones al pedal con el que hacemos fuerza en ese momento. ¿Cómo conseguirlo? Muy sencillo: bajando desarrollos y pedaleando con un desarrollo inferior y mucha más cadencia de pedaleo (más pedaladas). Hay que evitar tirones y parones. No hay nada peor subiendo que ir dando «chepazos» y «bandazos». Para mejorar nuestra técnica de pedaleo puede ser útil entrenar en rodillo, spinning o estática.
SEGUNDO
Levantarse sobre los pedales es importante en dos aspectos. En primer lugar, al cambiar de posición, cambiarán los músculos que trabajan en cada momento. En segundo lugar, estar de pie sobre los pedales nos ayudará a hacer más fuerza sobre ellos.
Hoy en día están casi en desuso los cuernos de manillar, pero son de lo mejorcito para grandes subidas: abren nuestra caja torácica y reducen nuestro cansancio. También un manillar doble puede ayudar.
TERCERO
Cambiar peso y posición es importante de acuerdo con el terreno por el que circulemos. Si subimos por una pendiente muy fuerte, la rueda delantera tiende a levantarse. Es importante en esos momentos cambiar nuestro peso adelante y levantarnos sobre el manillar. Cuanto más bajemos el pecho más control tendremos. Cuando veamos que perdemos tracción atrás o que la rueda patina, debemos retrasar nuestra posición e incluso sentarnos. Alternando estas dos acciones conseguiremos buen ritmo de escalada.
CUARTO
Calma y paciencia, no hay mejor método en subida que no pensar ni en nuestro cansancio ni en lo que nos queda de subida. Es importante no darlo todo en ningún momento y dejar siempre algo para imprevistos, sobre todo si no conocemos la subida.
QUINTO
Elegir el mejor camino: esto es obvio pero habría que evitar en lo posible raíces, piedras, zonas de tierra suelta y similares. Hay que tener en cuenta que superar estas zonas nos va a suponer un esfuerzo extra que puede que paguemos más tarde.
SEXTO
Dos trucos profesionales utilizados por escaladores de carretera: el primero consiste en poner un desarrollo más duro cada vez que pedaleamos de pie, así aprovecharemos mucho más la fuerza que podemos desarrollar con esta posición. El segundo es sentarse puntualmente sobre la punta del sillín para lograr una mayor fuerza mientras pedaleamos sentados.
SÉPTIMO
Usar un desarrollo adecuado: no somos profesionales de carretera, así que no tenemos por qué llevar un desarrollo de impresión, error típico de principiante. Un desarrollo más suave nos ayudará a encontrar nuestro ritmo de subida, y una vez con el ritmo cogido, podremos apretar más. Hay que acertar con el desarrollo adecuado en cada momento, porque es la mejor forma de conseguir un pedaleo correcto, como el que indicábamos en el punto primero. Es importante evitar atascarse por llevar un desarrollo muy alto desde el principio de la subida y no empeñarse en mantener un desarrollo con el que no podemos.
OCTAVO
Es importante empezar la subida suave y luego ir apretando en función de nuestras sensaciones. Tampoco hay que engañarse, muchas veces un momento de gran euforia precede a la pájara del siglo. Hay que marcarse un ritmo realista y dejar a nuestros compañeros que se vayan si su ritmo nos castiga en exceso.
NOVENO
Llevar las ruedas con no demasiada presión: una presión elevada hará que no tengamos tracción en subidas con mucha pendiente, no hay nada peor subiendo que las pedaladas perdidas porque la rueda trasera nos patina por estar muy hinchada.
DÉCIMO
A veces nos puede ayudar llevar una bici de doble suspensión, con una mayor tracción. Eso sí, a cambio de mayor peso y de pérdidas de energía provocadas por la suspensión.
